Enfermedades

¿Qué es la coccidiosis en aves y cómo tratarla?

Uno de los principales retos que enfrentan los productores avícolas es asegurar su eficiencia productiva por medio de la procuración de la salud y bienestar de sus animales. Por ello, resulta de suma importancia que estén bien informados respecto a temas de sanidad y conozcan de enfermedades de amplia presencia, como la coccidiosis en aves. 

En el siguiente artículo te hablaremos sobre la importancia de esta enfermedad, sus signos clínicos, factores de riesgo, potencial impacto económico, así como la prevención como clave de éxito contra ella. 

¿Qué es la coccidiosis en aves?

También conocida como coccidiosis aviar, es una enfermedad parasitaria resultado de una infección en suficiente número para mostrar manifestaciones clínicas. Esta es causada por un grupo de parásitos unicelulares denominados “coccidias”. 

Las coccidias que causan la enfermedad en aves pertenecen al género Eimeria. Las especies de Eimeria más frecuentemente identificadas en México son cinco: 

  1. E. brunetti;
  2. E. acervulina; 
  3. E. maxima;
  4. E. necatrix;
  5. E. tenella.

Ciclo de vida

Comprender el ciclo de vida de la coccidiosis es necesario para tomar medidas para su prevención y control. Su primer estadio es conocido como “ooquiste no esporulado”; en esta etapa temprana aún no puede causar la enfermedad si es ingerido.

Cuando se desarrolla en su forma infectiva se le conoce como  “ooquiste esporulado”. Este cambio se puede dar en tan sólo 24 horas bajo condiciones óptimas, como un ambiente húmedo cuya temperatura oscile entre los 25 y 30 grados centígrados.

El ooquiste tiene una pared gruesa que funge como barrera protectora contra condiciones como el calor, el frío y desinfectantes de uso común. Esta protección le permite sobrevivir por tiempos prolongados, que pueden extenderse por años.

Cuando las aves ingieren el ooquiste esporulado, sus químicos intestinales deshacen las paredes del ooquiste, liberando así “esporoquistes”. Estos cambiarán a esporozoitos que invadirán las células de la pared intestinal. Una vez ahí, se replicarán en las células, las cuales reventarán, lanzando merozoitos; los cuales destruirán más células de la pared intestinal. Eventualmente, debido a la infección, se producirán más ooquistes que se transmitirán mediante las heces al ambiente, en donde infectarán a más aves. 

Cabe destacar que, para que los ooquistes sean infectivos de nuevo deben encontrarse en condiciones adecuadas de temperatura, humedad y oxigenación, como las que proveen las camas mojadas y el calor en las instalaciones productivas.

Transmisión de la coccidiosis en aves

La principal vía de transmisión es fecal-oral, cuando las aves ingieren el ooquiste esporulado procedente de las heces de otros animales infectados. Sin embargo, la transmisión también se puede dar a través del polvo, el uso de utensilios contaminados, así como la ropa de trabajadores o por medio de moscas y larvas del escarabajo Alphitobius spp.

El ciclo de vida es rápido y dura de 4 a 7 días dependiendo de la especie de Eimeria. Por ello, su transmisión es también presurosa.

Signos de coccidiosis en aves

Los signos de coccidiosis varían, y en ellos se encuentran desde: 

  • Crecimiento disminuido;
  • un alto porcentaje de aves visiblemente enfermas;
  • pérdidas en la producción de huevos;
  • diarrea severa y alta mortalidad;
  • descenso en el consumo de agua y alimentos. 

El cuadro clínico más frecuente de la coccidiosis en aves contempla: 

  • Plumas erizadas;
  • presencia de mucosa o sangre en heces;
  • deshidratación y anemia.

Los signos provocados se diferencian también de acuerdo a la variación de coccidias que causan la enfermedad: E. acervulina, E. maxima y E. necatrix invaden la parte anterior y media del intestino, por lo que producen una alteración en las funciones de absorción de nutrientes y carotenos por el tracto intestinal, ocasionando una baja de peso y despigmentación.

Las especies E. tenella y E. brunetti afectan el último tercio del intestino. La primera es la más grave, pues ocasiona un decremento en la ganancia de peso, pérdida de sangre y alta mortalidad.

Enfatizamos que lo más importante es su prevención a fin de prevenir un severo impacto económico mayor, pues incluso aves sobrevivientes de infecciones severas pueden no recuperar el rendimiento perdido

Impacto económico de la coccidiosis en aves

A medida que la industria avícola crece a nivel mundial y, de la mano, el consumo de productos derivados de esta, es cada vez más importante conocer el impacto que enfermedades como la coccidiosis y sus implicaciones para la salud de las aves tienen en la productividad, así como las pérdidas y gastos que conllevan.

Por su facilidad de contagio, presencia mayor en instalaciones, aunado a su ciclo de vida rápido, el impacto económico que la coccidiosis tiene en la industria avícola es superlativo. 

De acuerdo con estimaciones recientes, publicadas por la revista científica Veterinary Research, el impacto de la coccidiosis aviar representa un gasto para la industria avícola que ronda los 286 mil millones de pesos mexicanos (10.36 mil millones de libras esterlinas).

Esta cifra incluye, además de las pérdidas generadas directamente por la enfermedad y los signos, lesiones y mortalidad que provoca, los gastos asociados al diagnóstico y tratamiento realizado por médicos veterinarios profesionales. Con base en lo anterior, resaltamos el papel determinante de la prevención por encima de la medicación como forma de evitar las consecuencias negativas de la coccidiosis en aves.  

Prevención, control y tratamiento de la coccidiosis en aves

Uno de los aspectos primordiales contra la coccidiosis es la prevención. Lo más importante es asegurar que los espacios en los que las aves se encuentren estén propiamente aseadas y desinfectadas. 

No obstante, la prevención de la enfermedad únicamente mediante la limpieza resulta imposible, por lo que, como métodos de control que coadyuven a la prevención de efectos graves de la enfermedad se usan principalmente los siguientes métodos:

  • Fármacos anticoccidianos
  • Vacunas

Fármacos anticoccidianos

Los fármacos anticoccidianos han sido la principal forma de control de brotes de coccidiosis. Su uso se remonta a los años 40, con el uso de sulfonamidas. Desde entonces, se han desarrollado múltiples fármacos anticoccidianos de origen químico, de igual forma que  anticoccidianos ionóforos originados por fermentación biológica. 

Administrar anticoccidianos en el alimento es un método conveniente que ha permitido que un gran número de aves sean criadas bajo las condiciones intensivas de la industria avícola comercial. 

No obstante, la administración contínua de anticoccidianos puede generar una resistencia farmacológica por parte de las coccidias. El Dr. H. David Chapman, del Departamento de Ciencia Avícola de la Universidad de Arkansas, EE.UU daba en 1997 la siguiente definición de resistencia farmacológica para el caso de Eimeria:

“Es la habilidad de una cepa de parásito para multiplicarse o sobrevivir en presencia de concentraciones de un fármaco que normalmente destruye a parásitos de la misma especie o previene su multiplicación”.

Los efectos que los fármacos anticoccidianos pueden provocar son de naturaleza coccidiostática; en los que el crecimiento intracelular de las coccidias es interrumpido, pero su desarrollo continuará una vez que se suspenda el tratamiento. O pueden ser coccidiocidales; que matan a las coccidias durante su desarrollo. Algunos medicamentos pueden ser coccidiostáticos en el corto plazo, pero coccidiocidales a largo plazo. La mayoría de los usados en producción avícola, sin embargo, son coccidiocidales. 

Vacunas

Otro método comúnmente usado para la protección contra la coccidiosis en aves es la vacunación. Por medio de ésta se busca que la vacuna estimule el sistema inmune de las aves, para así estar protegidas contra las cepas presentes en campo. 

Para ello, las vacunas dan una dosis uniforme de ooquistes a las aces de la parvada. Una vez que han sido administrados por medio de la vacuna, el parásito comenzará con su ciclo de vida infectando las paredes digestivas, para posteriormente ser eliminados vía fecal, esporular y ser nuevamente ingeridos por las aves.

Al vacunar a todas las aves de la parvada al mismo tiempo, los procesos de eliminación y reinfección se sincronizan. Con ello, los ooquistes ingeridos son de baja patogenicidad y cada ciclo de vida estimulará el sistema inmune y otorgará una protección deseada. 

Aproximadamente, tres ciclos son necesarios para generar una protección suficiente frente a los desafíos del campo en las aves. 

La administración de las vacunas, como inmunización y ayuda a la prevención de la coccidiosis en aves, puede darse desde un día de edad mediante aplicación en cabina de aspersión, o de aves de 4 días de edad a través del alimento.

Cabe resaltar que la vacunación no genera resistencia, se trata de un programa sostenible que evita la coccidiosis subclínica tardía y provee protección parvada tras parvada. Debido a ello, es importante coadyuvar dicha protección mediante el monitoreo de las condiciones de la caseta para asegurar los ciclos de esporulación. Lo anterior asegura un programa efectivo que se extienda conforme al cambio de temporadas y condiciones de la caseta. 


La vacunación es, entonces, un método sumamente efectivo y sostenible de control con el que se pueden sortear los retos productivos y de salud que enfrentan las aves, para lograr un desempeño superior y una rentabilidad óptima.        

Fuentes https://bit.ly/3wNCdbh
https://msdmnls.co/3e0y1MA
https://www.chickenvet.co.uk/coccidiosis