El consumo de carne es sumamente importante pues, sin importar su origen animal, se trata de un alimento que nos brinda proteínas y demás nutrientes indispensables para nuestro correcto desarrollo y funcionamiento. Aunque en la actualidad existen distintas dietas y fuentes proteínicas, resulta una grata noticia cuando se reportan cifras como la que recientemente señalan organismos internacionales.
De acuerdo con el reporte Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2021-2030, realizado en conjunto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), se espera que para el año 2030 el consumo de mundial de carne se eleve en un 14%, comparado con el crecimiento observado en el periodo 2018-2020.
Dentro de este incremento, la proyección estimada apunta a que la carne de pollo seguirá siendo la preferida de los consumidores, sobre todo en países en desarrollo, pues su precio es menor comparado con otros productos en el sector cárnico. A nivel mundial, representará 41% de las carnes consumidas.
Por otro lado, el consumo del resto de los productos carnes se posiciona de la siguiente manera: res, 20%; cerdo, 34%; cordero, 5%.
Causas del aumento en el consumo
Las causas detrás de un incremento en el consumo pueden estar relacionadas con distintos factores: desde aquellos relativos a lo demográfico, ingresos de la población, tradiciones y cultura, ética animal, etc.
En este sentido, se reporta que el principal factor que impulsa la producción y consumo de carne es el aumento de la población que se vive en distintos países, el cual se espera que sea de 11%. Esto es particularmente observable en regiones como África, Asia y Latinoamérica.
Otro aspecto importante es el crecimiento económico. Al contar con mayores ingresos, los distintos tipos de carne aparecen como opciones más asequibles para más personas. Adicional a lo anterior, una creciente urbanización, así como incrementos en la ocupación laboral y los gastos en servicios de alimentos derivan en mayores compras de carne.
No obstante lo anterior, aumentará el consumo de pollo “virtualmente en todos los países y territorios”. Esto se debe a que los consumidores ven a esta proteína como una mejor opción por su versatilidad, precios reducidos, y por su mayor cantidad de proteínas.
Aumenta también la producción de carne
De la mano de los cambios en el consumo, la producción también reflejará un aumento que la llevará a expandirse 44 millones de toneladas para el 2030, alcanzando los 373 millones de toneladas. A esto le acompaña una normalización en los precios posterior a su declive originado por la pandemia sanitaria por COVID-19.
En este escenario, la carne de pollo seguirá siendo el principal motor detrás del incremento. Las organizaciones mundiales detrás del documento indican que esto se debe a la facilidad que la industria cárnica avícola tiene para adaptarse a las distintas señales de los mercados y responder mediante mejoras en materia genética, de salud animal y de prácticas alimenticias, así como a los ciclos de producción más cortos.
La producción de carne de pollo se expandirá de forma rápida en países como China, Brasil y Estados Unidos, con una particular notoriedad en Asia, donde se espera una transición a corto plazo del consumo de carne de cerdo.
El crecimiento que las distintas carnes experimentarán se atribuye parcialmente a la normalización y control de situaciones como el COVID-19 y enfermedades animales (Peste porcina africana y gripe aviaria); asimismo, no se esperan mayores disrupciones en los mercados de granos utilizados como alimento.
Comercio de carne
En el terreno de las exportaciones mundiales de carne, el reporte de la OCDE proyecta un crecimiento de 8% para el año 2030, que representarían 40 millones de toneladas. Esta cifra resulta cautelosa, comparada con la década anterior, pero esto se debe a la crisis por Peste africana sucedida en algunos países de Asia, particularmente China.
Así, los tres territorios con mayores cifras de exportación cárnica a nivel mundial serían: Brasil, la Unión Europea y Estados Unidos.
En el caso de Brasil, principal exportador de carne de pollo del mundo, se espera que se convierta también en el más grande exportador de carne de res, con una participación en el mercado de 22%.
Derivado del aumento en la demanda de carne, se espera que las importaciones aumenten a nivel mundial. Bajo lo anterior, Asia sumará el 52% de las importaciones de carne a nivel mundial para 2030. Los países que impulsarán este crecimiento serán Filipinas y Vietnam.
Como hemos podido ver, el panorama a futuro resulta interesante y positivo para la producción, consumo y comercialización de la carne. Tras superar retos importantes –como la interrupción de las cadenas de suministro, la escasez de granos y eventos de crisis sanitarias–, las distintas industrias pecuarias muestran una recuperación fuerte y significativa.
Esto no sólo es positivo para las empresas y productores, sino que también lo es para toda la población. Por un lado, representa buenas noticias para todos aquellos que trabajan directamente en la industria; además, significa la potencial creación de nuevos empleos; por otro lado, representa un beneficio para los consumidores que podrán satisfacer sus necesidades nutricionales con mayor facilidad.
Entonces, al igual que el contexto que se supera, la industria tendrá que evolucionar y enfocar sus esfuerzos en la resolución de nuevos retos, como la creciente preocupación de los consumidores por la trazabilidad de sus alimentos, y el uso de antibióticos.
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